Sí, y no. Me explico, uno siempre va a estar sujeto a situaciones no controlables, las cuales pueden generar un mayor o menor impacto emocional, por tanto, siempre que haya vida, habrá motor para generar emociones más agradables, o más desagradables. Por tanto, para una correcta o adecuada gestión emocional, la terapia es la clave.

No nos afectan los sucesos en sí, si no, la interpretación que hacemos de los mismos.

Esta pregunta, muy de uso frecuente, es muy relativa. Lo que quiero decir con esto es que, el tratamiento y su duración va a depender de cada caso (recuerda, somo seres individuales, con diferentes procesos y diferentes ritmos), así que, no te puedo asegurar la duración del mismo: Factores como la adherencia al tratamiento; la asistencia (semanal, quincenal, mensual); la motivación para el cambio, entre otros… van a modular en el tiempo de terapia. Recuerda el cerebro se entrena, como cualquier otro músculo del cuerpo. Y, en función de cuanto lo entrenes, mayores o menores resultados visibles.

El momento perfecto para comenzar a asistir a terapia, muy probablemente, no exista. Pero sí que es importante atender como te sientes con respecto a tu situación de vida, y como afrontas los pequeños devenires e imprevistos del día a día, los cuales, muchas veces causan malestar. Cuando sientas que pequeñas cosas te aturden, te bloquean… generando una interferencia con respecto a la relación que tienes con tu entorno y contigo mismo, entonces es EL MOMENTO para pedir ayuda e iniciar el proceso terapéutico