¿Cómo decidimos vivir cada día de nuestra (corta) vida? ¿Decidimos vivirla desde la perspectiva del lamento, o, por el contrario, lo hacemos desde el agradecimiento?

Bien, muy posiblemente, no todo es cuestión de blancos o negros, así que, pensarás… “pues depende”. Hay días en los que seguramente te enfoques en esas “nimiedades” que te dejan del revés, y otros, en los que bailarás (mentalmente) de alegría por (de nuevo) esas pequeñas cosas que le dan sentido a la vida.

Y, ¿sabes una cosa? La vida es realmente finita para decidir vivirla como a veces elegimos hacerlo:

  • Desde el lamento
  • La queja
  • El “ya lo haré mañana”
  • Desde la rabia mantenida
  • Desde la inseguridad eterna

Podría continuar, pero dejemos los ejemplos aquí…

“Toda una vida”, esas palabras que suenan a eternidad, a tiempo próspero que (seguramente) vendrá mañana.

Pues qué decir…

LA VIDA ES HOY:

  • No es lo que te pasa, sino lo que decides hacer con lo que te pasa
  • Como te tomas esos pequeños “reveses”
  • Como enfocas tu energía (lamento y queja vs. Aceptación y aprendizaje)
  • Como de presente vives en tu día a día (sin hacer muchos viajes mentales al pasado o al futuro)

En fin, pienso y espero me hayas entendido.

Cuando creas sentir que la vida es duradera, simplemente…

Es perecedera, finita, y lo mejor/o lo peor…

NO SABEMOS CUANDO ACABARÁ

Así pues, que mejor que disfrutar de cada momento, como si fuese el último, porque realmente así es

P.D: ningún momento vivido vuelve a repetirse como en su momento se dio.

DIS

FRU

TA