Cuántas veces habremos escuchado la frase: el amor no tiene límites…
Después de leer la frase en cuestión, la cual lleva para un relato, o dos…
Sí, límites, pero no solo en el amor, también en otros aspectos/situaciones/circunstancias que la vida nos ponga por delante.
Porque de una sociedad “enferma”, que refuerza el trabajar 12 horas y cobrar 8; en la que tienes que sentirte mal si rechazas una oferta, porque prefieres priorizar (gracias a algo) tu salud mental frente a una posición económica, solamente nacen personas con dosis extra de latigazos y juicios mentales.
“Qué desagradecido soy de decir NO a esta oferta de empleo”
“Me siento mal porque debería poder llegar a todo”
…
Y así, un sinfín más.
Pues bien, ni somos “desagradecidos” por priorizar nuestra estabilidad emocional, ni nos deberíamos sentir mal por aprender a decir NO, por aprender a marcar unos límites sanos dentro de la relación con los demás, o con uno mismo (recuerda, estás contigo mismo 24 horas/7 días a la semana)
Así pues, el decir NO, el marcar unos límites, el protegerse… no es cuestión de “peroquemestáscontandoquelehasdichoeso”, sino que, poner barreras, elegir entre “quiero” y “debería” es un claro signo de que, si tu objetivo es escucharte, validarte y seguir tu intiuición…
… vas por buen camino.
ENHORABUENA