Aunque lo parezca, no lo es.
Y puede que esta afirmación sea de primero de conocimientos sobre igualdad, pero vaya por delante el querer defender una postura ecuánime entre hombres y mujeres.
No defiendo la superioridad de la mujer frente al hombre, como tampoco defiendo la superioridad del hombre frente a la mujer.
Así pues, para aquellos que, a 24 de mayo de 2022 (que no de 1992), sigan pensando que la postura feminista es aquella que considera que el género femenino debe estar por encima del masculino…
SE
E
QUI
VO
CAN
Sí, se equivocan.
Si hoy en día aún existen posturas (por no decir personas) retrógradas que defienden (con la boca pequeña) que todos somos iguales, para luego huir de la lucha feminista (la que reivindica la igualdad dentro de las diferencias que por razones biológicas, existen entre hombres y mujeres), solamente decir que pienso (y creo) que las personas en cuestión cuyo patrón de funcionamiento sea ese (mucho golpe de pecho para luego huir de una necesidad social), son parte de la sociedad que alimenta que…
- Las mujeres no podamos volver solas a casa (porque nos violan, o peor, incluso nos matan)
- Se nos considere el sexo débil
- Tengamos que ser valientes, cuando lo que (realmente) queremos es ser libres
Y podría continuar con más ejemplos, pero vaya por delante que no lo voy a hacer, no es mi objetivo entrar en bucle, cuando, lo que realmente reivindico es la NECESIDAD DE SALIR DEL MISMO.
Salir de la lucha de poderes, de los “vecinos, tíos, cuñados” que sigan pensando que las feministas solo quieren llamar la atención y abogar por su superioridad frente a la del hombre.
La lucha feminista solo pide igualdad de derechos, por derecho, porque no elegimos la condición de nacer hombres o mujeres.
Así de simple
Así de claro