En algún momento de nuestra historia de vida, habremos escuchado frases (obsoletas) del tipo:

  • la enfermería es una profesión de mujeres
  • la medicina es de hombres
  • llorar es de chicas
  • las mujeres son más sensibles
  • los hombres son más fuertes

Bien, y pregunto…con esto, ¿qué hacemos?

Mucho “bla bla bla” que ha condicionado a generaciones y generaciones de hombres y mujeres, que han quedado marcados por lo que (se supone) es correcto para por su rol de género.

Porque la danza es de niñas…

Porque el fútbol es de críos…

Nótese el tono irónico del mensaje contenido en dichas frases.

Así, de esta forma, lo poco que se logra es encasillar y encorsetar a personas que, muy probablemente, ante unos gustos o necesidades concretas, en algún momento, decidan reprimir sus instintos, sus ganas, sus pasiones… con el simple objetivo de seguir lo que dicta la sociedad.

Dejar de escuchar las necesidades del propio cuerpo

Omitir la voluntad de hacer

Reprimir todo deseo

Anularse como persona

Sucumbir a las pautas rígidas y estrictas de una sociedad de extremos, la cual (gracias a todo el esfuerzo y lucha por normalizar y visibilizar la libre elección más allá del género) está en proceso de abrir mente y accionar fuerte.

Y con toda esta maraña, con esta amalgama imposible de digerir… ¿qué?

¿Qué hacemos?

¿Qué tipo de niños y niñas queremos construir en un mundo de caos, de juicios, de etiquetas…?